La última semana de abril, la institución entera se embarcó en un viaje de 11 horas para ayudar a otro proyecto misionero en construcción, una huerta y diversas actividades de servicio a la comunidad. Al llegar al lugar, quedamos maravillados por el progreso que se había logrado en la construcción del proyecto misionero. Pues se está edificando un sanatorio que será único en su clase en Ocaña, NSA. Antes de llegar, se habían hecho avances con lentitud a causa de los pocos voluntarios que hay en el lugar, y porque la persona que dirige la construcción debe atender otras responsabilidades con su familia.

Pero nuestra labor no se limitó a la construcción. Nos sumergimos en actividades de servicio a la comunidad, brindando masajes, impartiendo clases de salud y nutrición, y, lo más importante, escuchando a las personas con atención y compasión. Fue asombroso ver cómo la gente de la comunidad abrió sus corazones y compartió sus necesidades, especialmente sus luchas con la depresión. Nos dimos cuenta de que más allá de los materiales y las estructuras, estas personas anhelaban ser escuchadas y sentir que importaban.

Esta experiencia nos ha dejado con una profunda convicción: se necesitan más voluntarios dispuestos a atender a estas personas y brindarles el apoyo que tanto necesitan. A pesar del progreso realizado, aún hay mucho trabajo por hacer en este lugar. Cada mano adicional, cada corazón comprometido, puede marcar la diferencia en la vida de estas personas y en el éxito de este proyecto misionero.

Si estás leyendo esto y sientes el llamado en tu corazón, te invitamos a unirte a esta causa. Tu participación puede ser la chispa que encienda la esperanza en los corazones que más lo necesitan. Juntos, podemos hacer una diferencia tangible en la vida de estas personas y en nuestra propia vida. No olvidemos que, como jóvenes comprometidos, tenemos el poder de impactar positivamente a nuestro alrededor. Nuestro servicio no solo nos enriquece a nivel personal, sino que también nos permite ser agentes de cambio y esperanza en un mundo que tanto lo necesita.