A veces, todo lo que se necesita es la perspectiva única de un amigo para expandir nuestros horizontes y llevar nuestras actividades a un nivel completamente nuevo.

Todo comenzó cuando un amigo cercano de otro amigo se acercó a nuestra institución con una idea innovadora. “Lo que ustedes necesitan es una clase de drones”, dijo con entusiasmo. Su sugerencia nos tomó por sorpresa, pero al reflexionar sobre ello, nos dimos cuenta de las puertas que puede abrir ésta habilidad.

Decidimos tomar su consejo y embarcarnos en un emocionante viaje de aprendizaje. Se pausaron las clases por ese día y todos fuimos afuera para aprender su funcionamiento, principios básicos, cuidados y su manejo.

A medida que avanzábamos en nuestro aprendizaje, descubrimos que los drones podían ser una herramienta invaluable en diversas áreas de nuestro trabajo. Desde la toma de imágenes aéreas para evaluar áreas de necesidad hasta el uso de drones de entrega para llevar suministros a comunidades remotas.

A medida que compartíamos nuestra experiencia con otros, nos dimos cuenta de la importancia de estar dispuestos a aprender todas las habilidades que podamos. Cada nuevo conocimiento adquirido amplía nuestras capacidades y nos brinda herramientas adicionales para hacer una diferencia en el mundo.

A través de esta experiencia, hemos aprendido que nunca debemos subestimar el valor de las ideas y perspectivas de nuestros amigos y colaboradores. La colaboración y la disposición para aprender de los demás son fundamentales para el crecimiento personal y colectivo en nuestra misión.