Cierto dia, llegó la noticia de que una hermana de Estados Unidos quería enviar una ropa en buen estado para repartir a las personas que las necesitaran como regalo para la fecha del 24 de diciembre, así que le dijimos que la podía enviar a nuestro proyecto, se acordaron fechas y el envío llegó. Una tarde sacamos el tiempo para hacer los paquetitos de regalos, unos se entregaron a los niños de la iglesia, y otros se entregaron a amigos de una hermana de la iglesia que reside en el pueblo.

Las madres se sintieron muy agradecidas por el gesto y se aprovechó para coordinar una segunda visita amistosa. En la segunda visita, una de las señoras nos comentó a mí y a mi compañera que existía un centro comunitario en el pueblo donde el gobierno brindaba capacitaciones de salud a quienes quisieran, y al ver que nuestra institución y el centro comunitario tenían objetivos parecidos recomendó que se podría hacer un contacto para unir esfuerzos por la comunidad.

Aprovechamos la oportunidad, y rápidamente pudimos conseguir una cita con la directora del centro comunitario, quien es una doctora, y como se había previsto, estuvo contenta de tener personas voluntarias en su institución. Nos comentó que estaría comentando el caso a sus organización y nos daría una respuesta. Así que estuvimos orando para que se nos diera la oportunidad de impartir pláticas de salud a las familias refugiadas de la colonia Arcoíris de El Santuario.

Finalmente llegó una respuesta y gracias a Dios se nos brindo dos días de la semana para pláticas de nutrición y consultas personalizadas, ya que no fueron enviados practicantes de parte del gobierno a ese modulo, tenemos el suficiente espacio para estar en contacto con las familias más necesitadas, el reto para mi ahora, como nutricionista, es con la ayuda de Dios mostrarles a esas familias como alimentarse bien a pesar de sus pocos ingresos. C La respuesta de asistencia a las platicas de nutrición y a las consultas ha sido favorable.

También soy misionera voluntaria en éste proyecto, y la semana pasada ya no tenía recursos para cubrir mis gastos personales, y el mismo día que me di cuenta la directora del módulo nos dio un incentivo por participar en el centro comunitario, ahora con esos recursos puedo cubrir algunos gastos personales, apoyar a mis compañeros misioneros y contribuir con los fondos del Club de Conquistadores de la Iglesia del Santuario que mucha falta le hace.
Dios es fiel en cumplir sus promesas y él está dispuesto a siempre suplir nuestras necesidades en el momento indicado, bien dice en su palabra: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” (Mateo 6:33)

Por Sandra May